12.7.13

Dos lados

Que difícil es expresar las ideas que están sueltas dentro de la cabeza. Pero aquí vamos...
De un lado del río se podía sentir una suave primavera mientras que del otro lado, en la pequeña isla, había nieve y sangre. Era como vivir dos mundos, la normalidad y la rutina de un lado, mientras que del otro lado estaba la muerte, los gritos y el canibalismo.
La noticia había recorrido todo el pueblo: un avión se había estrellado en una pequeña isla cercana a nuestra ciudad y veinticinco personas estaban varadas sin ningún tipo de auxilio. Sólo había que esperar a que fueran muriendo uno por uno.
En el pueblo estaban las personas que hacían como si nada, los que lloraban por aquellas personas y los que utilizaban sus medios de ayuda para tomar fotos de la tragedia.
Recuerdo muy bien el momento en que salió otra noticia, el conductor del programa decía con un tono de alegría y dolor que habían fallecido todas las personas de la isla. Fue ahí, cuando una persona, de la cual no recuerdo su nombre, mostró las fotos que había sacado desde su helicóptero varios días antes. La hermosa y blanca nieve con inmensos "manchones" de sangre, personas en el suelo, partes de mujeres u hombres, imposible de distinguir, apoyados delicadamente en la inmensa blancura.
A partir de esas horrorosas imágenes, comenzaron las conclusiones, los falsos testimonios, las críticas, los innumerables llantos y por su puesto los nuevos "héroes" que decían haber ido a ayudar.
Gente que come gente, enfermedades, gritos, supuestos sobrevivientes. En menos de una semana millones de cosas rondaban por aquí.
Por otra parte, estaban los que soñaban ser uno de esos pobres hombres. Ahí es donde aparezco. El sueño fue tan intenso que estuve literalmente en el cuerpo de uno de ellos. Barba canosa, ropa rota y un rostro que pedía morir. "Estaba recostada en la nieve, tratando de moverme cuando lo que parecía un lobo o una mujer me atacó" después de contarle eso a una amiga, primero creyó que estaba loca y luego de unos segundos comenzó a murmurar si en realidad no era que el espíritu de un fallecido estaba dentro mio.
La locura había llegado al otro lado. Ya no eramos un pequeño poblado que disfrutaba de la primavera, nos estábamos convirtiendo en la isla. Peleas y fugitivos por todos los rincones... ¿Y si en realidad nosotros siempre fuimos los caídos del avión?

1 comentario:

  1. Excelente, me acordé de un cuento de alguien anónimo que leí hace años atrás, de como de las tragedias aparecen héroes y de olvidan de lo malo para solo homenajear a alguien, es una dicótoma que actualmente se ve en todas partes.
    Buen texto, un abrazo y espero seguir leyéndote.

    hace mucho que no me pasaba por acá.

    ResponderEliminar

¡Libera tensiones y descargate!